7. Dificultades y consideraciones actuales relativas al monitoreo de las amenazas digitales en las elecciones

Updated On
Abr 19, 2021

Desafortunadamente, con los avances tecnológicos, las actividades de desinformación digital y la propaganda computacional presentan dificultades nuevas y singulares para la observación electoral. Identificar redes y conexiones en torno a la creación, difusión y amplificación de la desinformación y los discursos de odio en las elecciones es particularmente complicado. Las fuentes en línea carecen de transparencia, y el contenido a menudo se difunde a través de medios de comunicación falsos, sitios web falsos o cuentas de redes sociales animadas por "granjas" de usuarios contratados e impulsadas por cuentas bot automatizadas. 

Esto se ve agravado por el hecho de que la popularidad de ciertas plataformas de redes sociales y aplicaciones de mensajería varía drásticamente según el país y la plataforma, al igual que el acceso a los datos subyacentes, mientras que las técnicas y el contenido de desinformación no dejan de evolucionar. La creciente popularidad de los servicios de mensajería cerrada presenta serias consideraciones éticas para los observadores electorales que monitorean su influencia. Además, la atención, el compromiso en la práctica y la implementación de nuevas medidas de transparencia y moderación del contenido que brindan las plataformas en línea siguen siendo desparejas en los diferentes países. Por lo tanto, las herramientas y metodologías de monitoreo que pueden ser eficaces en un contexto podrían ser irrelevantes en otro. 

La incorporación de las redes sociales y otras formas de observación en línea a las evaluaciones electorales se encuentra en una fase experimental, y los supervisores aún enfrentan dificultades incipientes e identifican situaciones a partir de las cuales aprender. Algunas de ellas son nuevos factores técnicos y políticos que pueden complicar las observaciones, que podrían requerir metodologías flexibles para desarrollar una evaluación electoral más inclusiva y completa. 

Observación de los servicios de mensajería cerrada

En muchos países, las campañas, la educación de los votantes y el discurso político general en torno a las elecciones se están trasladando a servicios de mensajería cerrada como WhatsApp y Telegram. Estas redes crean grandes dificultades en términos de qué es aceptable monitorear y cómo llevar a cabo el monitoreo. Incluso los canales privados de las redes públicas (como los grupos de Facebook que son cerrados) crean serias consideraciones éticas para cualquier posible estudio de la desinformación. Los investigadores pueden considerar declarar que se unen a grupos cerrados, como hizo el grupo de investigación de CDD-West Africa en su estudio. Sin embargo, eso tiene el potencial de cambiar la naturaleza de la conversación dentro de tales grupos. Otra solución es invitar a los usuarios que ya están en grupos cerrados a enviar ejemplos de contenido problemático, aunque este enfoque introduce un sesgo de selección y proporciona un panorama sumamente limitado de la parte cerrada del entorno virtual. Algunos activistas cívicos (con el uso de tácticas que CEPPS no avala) han expuesto a organizaciones cerradas insidiosas, tales como grupos de odio, mediante suplantación de identidad o cuentas inventadas. Este enfoque infringe los términos de servicio de las plataformas y presenta serias cuestiones éticas para los investigadores. Los observadores deben lidiar con estos problemas al identificar una forma apropiada de monitorear las plataformas cerradas, además de otras dificultades metodológicas, particularmente porque los observadores desempeñan un papel diferente al de los investigadores académicos tradicionales. Michael Baldassaro, líder de amenazas digitales del Centro Carter, señala: "Necesitamos alguna consideración que tenga en cuenta la ley, y consideraciones éticas que sean diferentes de los estándares académicas. No me siento cómodo con entrar en un grupo de WhatsApp y decir que estoy allí como investigador. Por lo tanto, necesitamos desarrollar modalidades para lo que es apropiado monitorear… ¿y cómo lo hacemos?".13

Exposición de barreras digitales al proceso electoral para mujeres y grupos marginados

El desorden de la información a menudo afecta de manera desproporcionada a las mujeres y a las poblaciones marginadas como participantes y como votantes, lo que frecuentemente desfavorece aún más a las candidatas mujeres y fomenta espacios en línea inseguros donde las mujeres y los grupos marginados son disuadidos de participar en el discurso político o se ven obligados a abandonarlo por completo. Además, muchos sistemas de moderación de contenido, ya sea impulsados por el aprendizaje automático y la inteligencia artificial o por el monitoreo directo de actores humanos, ignoran el factor género y están poco versados en el contexto local, incluidos los patrones y dimensiones de las normas socioculturales y las vulnerabilidades de las poblaciones marginadas. 

Sin embargo, las organizaciones nacionales e internacionales encuestadas en esta investigación señalaron que esta era un área de preocupación, pero no una a la cual generalmente destinaran recursos específicos para evaluar. En algunos casos, los métodos, las unidades de análisis y las herramientas para monitorear el discurso de odio o la violencia contra las mujeres en el ámbito digital pueden diferir de la metodología más amplia de monitoreo de redes sociales. Por ejemplo, el control de la incitación al odio puede ser impulsado por léxicos de lenguaje peligroso, como se explora en la metodología desarrollada por el NDI y sus socios y expuesta en Tweets that Chill: Examining Online Violence Against Women in Politics (Tuits que hielan la sangre: examen de la violencia en línea contra las mujeres en la política), que parten del examen de contenido y palabras clave. Los supervisores electorales podrían necesitar equilibrar múltiples enfoques para obtener una imagen real del panorama de la información electoral y cómo afecta a grupos particulares. Los grupos de observadores deben contratar a expertos en género para examinar estos temas a fin de comprender mejor cómo funcionan las normas de género existentes en el contexto de desinformación local, al igual que coordinarse con grupos enfocados en el impacto de la desinformación en las mujeres y los grupos marginados en las elecciones y otros contextos políticos críticos. Los grupos de observadores nacionales e internacionales deben revisar sus propios prejuicios implícitos y culturas de masculinidad que puedan obstaculizar la observación electoral inclusiva, en particular porque el espacio virtual presenta nuevas amenazas para las mujeres y las personas marginadas, y puede reforzar normas regresivas. 

Hernández, Director de comunicaciones del Ministerio de Educación, señaló que en misiones anteriores no se habían centrado en esto de manera sistemática, pero estaban interesados en desarrollar esta capacidad en el futuro, y señaló a grupos como Chicas Poderosas, que habían integrado con éxito el monitoreo del discurso de odio en elecciones recientes en Brasil, Colombia y México. En Colombia, Chicas Poderosas desarrolló talleres para capacitar a investigadores y activistas locales en el seguimiento del discurso político de odio en grupos de mensajería cerrada antes de las elecciones presidenciales de 2018.14 Metodologías como estas para estudiar el contenido, las redes y el impacto de la desinformación y el discurso de odio dirigido a mujeres y grupos marginados deben integrarse de manera más amplia y sistemática en los proyectos de monitoreo de elecciones en el futuro. 

Explorar las intervenciones a través de las plataformas de redes sociales

Las empresas de redes sociales y de otras tecnologías responden cada vez más a las amenazas que se producen en sus plataformas. En algunos casos, esto ha significado brindar más transparencia respecto de los anuncios políticos que aparecen en sus plataformas, más información sobre moderadores de grupos o páginas, mayor capacidad de respuesta a contenido marcado, y políticas específicas relacionadas con la administración de contenido que pueda socavar la integridad electoral. Sin embargo, el cómo y el dónde se aplican estas iniciativas varía drásticamente de un país a otro y carece del nivel de granularidad necesario para llevar a cabo un análisis sólido. Además, muchas plataformas carecen de representantes y moderación de contenido en contextos más pequeños y en países que están fuera de sus principales mercados. Puede ser difícil para los observadores obtener información sobre si las plataformas responderán, y cuándo y cómo responderán a unas elecciones en particular. Esto disminuye la capacidad de los observadores de desarrollar estrategias de observación profundas que involucren a esas plataformas. Los grupos de monitoreo deben abogar por una mayor transparencia de las plataformas y trabajar para mantener líneas abiertas de comunicación con estas empresas, particularmente en torno a las elecciones, para incrementar la responsabilidad corporativa de proteger el entorno electoral virtual.   

Desarrollo de metodologías apropiadas y específicas al contexto

Las variaciones en el cómo y el dónde los ciudadanos consumen la información electoral y la naturaleza dinámica de las amenazas digitales en torno a las elecciones implican que no existe una metodología de monitoreo que sirva para todos los casos. Los grupos nacionales e internacionales deben considerar formas innovadoras de asociarse entre sí, al igual que con verificadores de hechos y defensores de la inclusión política de las poblaciones marginadas, a fin de lograr comprender mejor los contextos. El monitoreo de las redes sociales puede parecer abrumadora en escala y alcance para los grupos de observadores electorales, con cantidades casi ilimitadas de páginas, perfiles, canales y volúmenes de datos para recopilar y analizar potencialmente. Para llevar a cabo la gestión, los observadores deben desarrollar objetivos que sean claros, realistas, de alcance limitado y que se deriven de una evaluación preliminar del entorno de información. Las metodologías posteriores deben buscar alcanzar esos objetivos. Solo después de aclarar las áreas discretas de observación, los grupos deben comenzar a identificar herramientas pertinentes que se adapten a las necesidades del proyecto y a los recursos técnicos y humanos de la organización. Además, los grupos deben ser transparentes respecto de los límites de sus datos y reflexivos al sacar conclusiones.  

Los observadores deben considerar diferentes enfoques potenciales para comprender el entorno electoral virtual. La era de la información presenta nuevas oportunidades de desarrollar investigaciones para comprender cómo fluyen las conversaciones en línea, así como nuevos problemas para la integridad electoral, ya que las tendencias de los discursos se ocultan de la vista en formas que no eran posibles cuando la mayoría de las conversaciones se llevaban a cabo en los medios tradicionales. Este es un momento dinámico e importante para que todos los observadores consideren las implicaciones de su trabajo en el espacio virtual, incluidos los ejemplos y métodos analizados y presentados aquí. Continuar con el debate y el intercambio de conocimientos, tanto en línea como fuera de ese ámbito, constituirán un elemento clave para contrarrestar la desinformación mediante el monitoreo de elecciones. La capacidad de interactuar con socios no tradicionales, como plataformas tecnológicas, verificadores de hechos y otros en las elecciones, también es crucial. Con estas consideraciones analizadas aquí, los observadores estarán más preparados para abordar el entorno virtual e integrarlo en su planificación y en las recomendaciones para las elecciones en el futuro.

Footnotes

13. Entrevista de Daniel Arnaudo (National Democratic Institute) con Michael Baldassaro, Centro Carter, 28 de agosto de 2020.

14. Entrevista de Daniel Arnaudo (Instituto Nacional Demócrata) con Fabián Hernández, Misión de Observación Electoral (MOE), 17 de febrero de 2020.