Enfoques prometedores para programas contra la desinformación con sesgo de género
Establecer protocolos institucionales y organizacionales
Varios estudios de investigación recientes7 que investigan la prevalencia y el impacto del acoso y abuso en línea de periodistas (mujeres) en los Estados Unidos y en todo el mundo determinaron que muchas personas que son objeto de tales ataques no informan estos incidentes a sus empleadores u otras autoridades debido a la preocupación de que nada puede hacerse o se haría en respuesta, o por temor a las repercusiones personales o profesionales de la denuncia. En los casos en que denuncien estos incidentes a sus empleadores, es posible que las organizaciones no tomen medidas o que traten los informes de forma incoherente e inadecuada. Una recomendación clave que surgió de estos hallazgos es establecer protocolos institucionales y organizacionales, incluidas políticas y prácticas específicas para apoyar a las víctimas de ataques y atender las denuncias de ataques.
Con base en esta investigación y el trabajo en el área de violencia de género en línea, los donantes y responsables de la implementación deben apoyar a instituciones y organizaciones tales como partidos políticos o campañas, organismos electorales, medios de comunicación y noticias, y organizaciones activistas o de defensa para establecer protocolos institucionales integrales a fin de prevenir ataques y responder a informes, que incluyen:
- Brindar capacitación y educación en seguridad y protección digital adecuadas sobre el acoso en línea.
- Establecer mecanismos de denuncia claros y accesibles que garanticen la seguridad y protección de los sobrevivientes de la violencia en línea y la desinformación con sesgo de género, así como su capacidad para participar libremente en los espacios digitales.
- Garantizar una investigación sistemática y coherente de las denuncias de ataques y las remisiones a las autoridades correspondientes.
- Establecer una variedad de respuestas que las instituciones ofrecerán para apoyar a su personal o miembros que son objeto de ataques (por ejemplo, detección y documentación de amenazas, informes a plataformas o autoridades, coordinación de contramensajes, intercambio de orientación y apoyo al personal o miembros que eligen bloquear o confrontar a los perpetradores de sus ataques).
- Proporcionar los recursos y las referencias adecuados después de una denuncia, como seguridad física, apoyo psicológico, apoyo legal y servicios de barrido de datos personales.
Con el fin de determinar qué protocolos se necesitan y responder a las experiencias vividas por mujeres y personas con diversas orientaciones sexuales e identidades de género en el trabajo, los programas deben permitir tiempo y financiamiento para que las instituciones realicen encuestas a su personal sobre sus experiencias e involucren al personal en decisiones sobre los protocolos, políticas y prácticas.
Este enfoque puede adaptarse del periodismo y la industria de los medios de comunicación a otras organizaciones e instituciones donde prevalecen los ataques de desinformación con sesgo de género, instalando políticas y prácticas para garantizar respuestas favorables, constantes y efectivas contra los ataques directos. Esta intervención puede contribuir a combatir la impunidad de los autores de ataques de desinformación con sesgo de género, así como el silenciamiento, la autocensura y el desánimo para participar en la esfera política o pública por parte de las personas que son objeto de estos ataques.
Coordinar estrategias de prevención, respuesta y mitigación de riesgos y establecer vías adecuadas para la administración y remisión de casos.
La desinformación con sesgo de género, al igual que la violencia de género, desafía a las partes interesadas a involucrarse en múltiples sectores y niveles. Los esfuerzos de prevención y respuesta para abordar la desinformación con sesgo de género dependen de la cooperación entre los sectores público y privado, incluidas las empresas de tecnología y los medios de comunicación (especialmente las redes sociales y las plataformas de comunicaciones digitales), las autoridades policiales y judiciales, la sociedad civil, los prestadores de servicios de salud psicosocial y mental, y otros prestadores de servicios de salud en los casos en que los esfuerzos de desinformación impulsados por la tecnología puedan ocasionar daños físicos. Además, los esfuerzos de mitigación del riesgo de desinformación con sesgo de género también dependen de la cooperación y el intercambio de información entre estas partes interesadas y los responsables de políticas a nivel internacional y nacional (para informar la reforma legal y regulatoria), los actores de la sociedad civil (para abogar por intervenciones apropiadas, efectivas y sostenibles), el sector de la educación (para informar los planes de estudio relacionados con el pensamiento crítico y las habilidades analíticas, la alfabetización mediática e informacional, y la seguridad digital) y el sector de la seguridad en los casos en que los incidentes de desinformación con sesgo de género pueden formar parte de una campaña coordinada por actores nacionales o extranjeros malignos.
Los donantes y los responsables de la implementación deben buscar la sólida experiencia del sector de ayuda humanitaria, específicamente la de los coordinadores de prevención y respuesta a la violencia de género (VG) y los proveedores de servicios, para desarrollar un enfoque coordinado de las intervenciones de desinformación con sesgo de género. Específicamente, las entidades de financiamiento y los responsables de la implementación pueden adaptarse y obtener orientación del Manual para la coordinación de intervenciones contra la violencia de género en situaciones de emergencia y de los modelos de redes y protocolos de coordinación a nivel nacional sobre elementos relevantes del enfoque detallado en este manual para implementar respuestas a la desinformación con sesgo de género.
Dos elementos importantes de un enfoque coordinado para las intervenciones de VG en situaciones de emergencia que deben trasladarse al adaptar este enfoque son la administración de casos y el establecimiento y uso de las vías de remisión adecuadas. Establecer una administración de casos adecuada en este contexto podría implicar: 1) la parte interesada que recibe una queja de desinformación con sesgo de género (por ejemplo, una plataforma de redes sociales o la policía local) lleva a cabo un proceso de admisión estándar con la persona que informa; y 2) la parte interesada que recibe la queja o denuncia utiliza una vía de remisión establecida para derivar la parte informante a una organización de la sociedad civil local (por ejemplo, organizaciones locales de mujeres que son prestadoras de servicios con experiencia en violencia de género) para la administración de casos y remisiones adicionales, según corresponda. La remisión de la parte informante a un administrador de casos establecido que esté capacitado para trabajar con destinatarios o sobrevivientes de desinformación con sesgo de género y en red con las otras partes interesadas puede agilizar los servicios de apoyo para la parte informante al establecer un punto de contacto principal responsable de interactuar con ellas. La organización del administrador de casos sería responsable de comunicar las diversas opciones de respuesta y recursos disponibles, proporcionar remisiones a los proveedores de servicios apropiados en la red de remisiones y remitir los casos a los miembros apropiados de la red de coordinación para el seguimiento y (en casos de un ataque directo) el apoyo a la persona destinataria o sobreviviente del ataque.
Establecer vías de remisión en este contexto implicaría identificar o establecer organizaciones o instituciones apropiadas responsables de diferentes aspectos de la respuesta a denuncias de desinformación con sesgo de género, garantizando que todas las organizaciones e instituciones de la red de coordinación tengan acceso a las vías de remisión, lo que les permitirá recibir informes iniciales de incidentes y remitir a las partes informantes a una organización local de administradores de casos para que ellos informen a la parte informante los servicios disponibles y las vías para buscar diferentes intervenciones o recursos. Si la parte informante otorga el permiso, el administrador de casos también debe conectarlos con los servicios correspondientes en la vía de remisión.
Los donantes deben considerar el apoyo a:
- Un mapeo o análisis sectorial de las partes interesadas relevantes.
- Una reunión de profesionales y expertos para analizar el panorama y las necesidades de la desinformación con sesgo de género.
- Capacitación y sensibilización de las fuerzas del orden, los profesionales del derecho y los formuladores de políticas sobre género, violencia de género en línea y facilitada por la tecnología, y desinformación.
- El establecimiento de una red de coordinación que incluya redes sociales y plataformas de comunicación digital, autoridades policiales y judiciales, la sociedad civil, prestadores de servicios de salud psicosocial y mental, y otros prestadores de servicios de salud.
- El desarrollo de funciones y responsabilidades claras de los miembros de la red, por ejemplo, el establecimiento de organizaciones de administradores de casos con el apoyo de la sociedad civil y los gobiernos.
- El desarrollo de protocolos de respuesta para guiar los esfuerzos de coordinación, gestión, prevención y respuesta de la red, incluido el desarrollo de una metodología de administración de casos y una vía de remisión.
Esta intervención puede contribuir a la aplicación de un enfoque holístico y centrado en los sobrevivientes para establecer programas de respuesta y prevención contra la desinformación con sesgo de género, y combatir la impunidad de los perpetradores mediante la institucionalización de un enfoque coherente y sistemático de presentación de denuncias ante plataformas y fuerzas del orden para su investigación y recursos.
Construir redes y comunidades de partidarios y desplegar un contradiscurso.
"No alimente a los trolls" es un refrán común de advertencia que se ofrece a quienes se encuentran sujetos a desinformación con sesgo de género. Los expertos solían pensar que la mejor manera de contrarrestar los ataques directos dirigidos a alguien debido a su género y explotar las normas y estereotipos de género era simplemente ignorar los ataques. Sin embargo, recientemente, el diálogo sobre este tema ha comenzado a evolucionar.
Si bien algunos todavía aconsejan "No alimente a los trolls", en otras palabras, consideran que simplemente se debería ignorar o bloquear, denunciar y luego omitir el contenido publicado sobre ellos en línea, otros que trabajan con los sujetos de estos ataques y también quienes han sido ellos mismos objeto de tales ataques han comenzado a reconocer las deficiencias de este enfoque. Señalan el empoderamiento que los sujetos de la desinformación con sesgo de género y quienes lo presencian pueden obtener por alzar la voz y denunciar los ataques (o ver a otros hacerlo), y la necesidad de sacar a la luz la misoginia cuando aparece en los espacios digitales. Investigación realizada en el marco del proyecto Name It. El proyecto Change It también indica que las mujeres que participan en política que responden directamente a los ataques sexistas y denuncian la misoginia y el acoso o el abuso que enfrentan en línea (o cuando un tercero lo hace en su nombre) son capaces de recuperar la credibilidad ante los votantes que inicialmente pueden haber perdido como resultado de haber sido atacadas.
Es importante señalar claramente que, si bien hay debates en curso y en evolución sobre este tema acerca de la mejor forma en que las personas pueden o ‘deberían’ responder a la desinformación con sesgo de género, no es responsabilidad de aquellos que son objeto de tales ataques responder de una manera, si acaso, ni evitar que ocurran o tomar medidas para mitigar los riesgos de estos ataques. No se debe esperar que quienes sufren ataques de desinformación con sesgo de género carguen con la resolución de este problema. Más bien, es responsabilidad de una variedad de partes interesadas, incluidas las plataformas tecnológicas, las instituciones gubernamentales y los organismos reguladores, los partidos políticos, las organizaciones de medios de comunicación y la sociedad civil, establecer e implementar enfoques y mecanismos eficaces para prevenir y responder a la desinformación con sesgo de género, como también trabajar para abordar sus causas profundas y mitigar sus impactos duraderos y de largo alcance. Sin embargo, las mejores prácticas adaptadas de los programas de respuesta a la violencia de género indican que cuando el sujeto de desinformación con sesgo de género informa un incidente, se le debe presentar información sobre las opciones disponibles de respuesta y recursos y cualquier beneficio potencial y riesgos adicionales asociados con esas opciones.
Una posible respuesta a la desinformación con sesgo de género es el contradiscurso, que el Dangerous Speech Project define como "Cualquier respuesta directa al discurso de odio o dañino con el fin de socavarlo", y también señala: "Existen dos tipos de contradiscurso: campañas organizadas de contramensajes y respuestas orgánicas espontáneas". Las personas que han sido atacadas por contenido dañino en línea pueden optar por participar en un contradiscurso por sí mismas, o pueden optar por obtener el apoyo de su propia comunidad personal y profesional o una red en línea de partidarios para elaborar y desplegar un contradiscurso públicamente en su nombre o en privado con mensajes de apoyo (por ejemplo, por correo electrónico o en una plataforma cerrada). La efectividad del contradiscurso es difícil de medir, en parte porque quienes participan en el contradiscurso pueden tener diferentes objetivos (desde cambiar la actitud del perpetrador hasta limitar el alcance del contenido dañino y brindar mensajes de apoyo al sujeto de un ataque). Sin embargo, la investigación emergente y la evidencia anecdótica indican que la elaboración y el uso de un contradiscurso (ya sea por parte de quienes son objeto de estos ataques, sus instituciones u organizaciones, o una comunidad de partidarios en línea en general) son una práctica prometedora para responder a la desinformación con sesgo de género.8
Se ha hecho referencia a una variedad de resultados positivos del contradiscurso, que incluyen:
- Darle una sensación de empoderamiento a los destinatarios de los ataques de desinformación con sesgo de género, lo que les permite recuperar su discurso.
- Aumentar la probabilidad de comentarios positivos, civiles o "prosociales" o disminuir la probabilidad de comentarios negativos, descorteses o "antisociales".
- Desestimar el contenido dañino con un contraataque de apoyo, tanto en publicaciones de redes sociales públicas como en comunicaciones privadas.
- Demostrar a quienes comparten contenido dañino que su lenguaje o mensaje no es aceptado.
El monitoreo de las redes sociales puede desempeñar un papel importante en la lucha contra la desinformación con sesgo de género y puede estar vinculado a la coordinación y el despliegue de actividades de contradiscurso en respuesta a los ataques de desinformación con sesgo de género.
Los investigadores, los profesionales y los actores de la sociedad civil participan cada vez más en actividades de monitoreo de las redes sociales para informar su comprensión de la desinformación con sesgo de género, identificar puntos de entrada para interrumpir la desinformación con sesgo de género, la desinformación viral y el discurso de odio, y abogar por leyes o reglamentaciones que respondan a los crecientes desafíos de la violencia de género en línea y la difusión de contenido nocivo con sesgo de género en línea.
En el contexto de la desinformación con sesgo de género, el monitoreo de las redes sociales se puede utilizar para cumplir dos funciones principales:
- Escuchar el discurso que tiene lugar en el entorno de información digital, monitorear el sentimiento y brindar una ventana importante a la creación, difusión y amplificación de contenido dañino.
- Monitorear la adherencia de los actores políticos, los medios de comunicación y las instituciones públicas a la orientación legal y reglamentaria y los códigos de conducta en torno a la desinformación y el discurso de odio, y monitorear la aplicación por parte de las plataformas tecnológicas de sus normas comunitarias, términos de uso o códigos de conducta.
Un primer paso que deben dar los donantes, investigadores y responsables de la implementación es crear metodologías y herramientas para monitorear las redes sociales y recopilar datos sobre desinformación con sesgo de género, discursos de odio y desinformación viral. Estas metodologías y herramientas deben adaptarse a los contextos locales y aplicarse en la investigación y la programación con el fin de montar un esfuerzo eficaz para contrarrestar la desinformación con sesgo de género. En 2019, el Consorcio para el Fortalecimiento de los Procesos Electorales y Políticos (CEPPS, por sus siglas en inglés) lanzó una herramienta de análisis de redes sociales para monitorear la violencia en línea contra las mujeres en las elecciones. La herramienta incluye una guía detallada sobre cómo identificar tendencias y patrones de violencia en línea, que incluye: identificar los posibles destinatarios a monitorear (es decir, mujeres políticas, candidatas, activistas); definir el léxico del discurso de odio a monitorear; elegir a qué plataformas de redes sociales monitorear; seleccionar las preguntas de investigación; ejecutar el análisis utilizando software de minería de datos; y luego analizar los resultados. Puede encontrar una descripción completa y detallada del proceso en "Violencia en línea contra las mujeres en las elecciones: una herramienta de análisis de las redes sociales" del CEPPS.
El NDI también ha desarrollado una metodología para extraer y analizar de manera efectiva dichos datos en sus informes "Tuits que hielan la sangre" y "Generando odio" con demostraciones a través de investigaciones en cinco países. Un paso esencial de la metodología es crear un léxico en los idiomas locales del lenguaje de acoso basado en el género y el lenguaje político del momento a través de talleres con organizaciones locales de derechos de las mujeres y organizaciones de tecnología cívica.
Algunas de las lecciones clave de esta investigación incluyen:
- Deben crearse léxicos de violencia en línea específicos desde el punto de vista contextual y lingüístico y luego evolucionar: "En todos los países del estudio de casos, los participantes del taller destacaron la naturaleza fluida y evolutiva del lenguaje e intercambiaron ideas sobre formas de explicar este matiz en la metodología del estudio. Por ejemplo, el NDI aprendió del taller de Colombia que el lenguaje violento en español variaba en América Latina, con palabras específicas de Colombia y palabras de otras partes de la región que se utilizan dentro del país. En Indonesia, se utilizaron palabras o frases religiosas, que complicaron y acentuaron la violencia en línea al invocar mensajes religiosos al mismo tiempo. En Kenia, los participantes del taller señalaron que una serie de palabras o frases violentas que eran de uso común en la lengua suajili hablada aún no se habían convertido en texto escrito en línea en Twitter. Estas lecciones variadas apuntan a la necesidad de léxicos contextuales y lingüísticamente específicos que puedan actualizarse, modificarse e implementarse continuamente con codificadores humanos que trabajen junto con los algoritmos informáticos" (extraído de "Tuits que hielan la sangre").
- Es esencial la atención hacia las comunidades minoritarias y las identidades que se entrecruzan: "[La violencia contra las mujeres políticamente activas] en línea es variada y contextual, ya que difiere de un país a otro y de una cultura a otra. Sin embargo, también se da el caso de que las expresiones utilizadas y los impactos de la violencia en línea pueden variar significativamente entre las comunidades de un mismo país. Por esta razón, es importante incluir intencionalmente y considerar comunidades históricamente marginadas entre las mujeres (por ejemplo, mujeres con discapacidades, mujeres LGBTI y mujeres que conforman minorías religiosas y étnicas) al explorar el fenómeno de la [violencia en línea contra las mujeres que participan en política]. Durante el taller de Colombia, representantes femeninas de la comunidad sorda compartieron que la violencia que enfrentaron no fue en texto, sino a través de GIF o videoclips en lenguaje de señas violentos. Se explicó que este mecanismo de publicación fue particularmente efectivo para amenazar y transmitir inseguridad porque, para la mayoría de los miembros de la comunidad sorda en Colombia, el lenguaje de señas es su primera lengua y, por lo tanto, el enfoque fue certero. Entender que los tipos de amenazas y modos de violencia en línea pueden diferir sustancialmente cuando se dirigen a diferentes comunidades marginadas indica que se requiere más trabajo para crear léxicos relevantes" (extraído de "Tuits que hielan la sangre").
- Experiencia local del centro: "La forma en que la desinformación con sesgo de género se enmarca y se propaga a través de una red varía mucho según el contexto. Identificar o mitigar la desinformación con sesgo de género no puede tener éxito sin la participación central y la dirección de expertos locales que comprendan las sutilezas de cómo se puede expresar la desinformación con sesgo de género, dónde es probable que surja y cuándo. Las plataformas deben respaldar el trabajo de los expertos locales para identificar y combatir la desinformación con sesgo de género, por ejemplo, mediante el acceso a datos o el ensayo de posibles respuestas a través de cambios en el diseño de la plataforma. Es poco probable que los sistemas automatizados para identificar la desinformación con sesgo de género tengan altos niveles de precisión, aunque si se emplean, deberían utilizarse de manera transparente y estar supervisados por expertos locales" (extraído de "Generando odio").
Tanto el capítulo Marcos legales y reglamentarios, sección 6.2.b, sobre la creación de capacidad para monitorear incumplimientos como el capítulo de Monitoreo de elecciones exploran estos conceptos más a fondo.
Aparentemente, en respuesta a lo que muchos perciben como una falta de intervenciones adecuadas por parte de los formuladores de políticas y las plataformas tecnológicas para abordar el problema de la desinformación con sesgo de género, una variedad de ONG, la sociedad civil y organizaciones de defensa han diseñado intervenciones para capacitar a los posibles destinatarios de estos ataques digitales (así como también a sus empleadores, aliados y visitantes) para desarrollar e implementar una campaña de contraataque eficaz, mientras que otros han establecido comunidades en línea de partidarios que están listos para apoyar a los destinatarios de estos ataques con campañas de contraataque (entre otros servicios de apoyo, como monitorear el espacio digital donde se está llevando a cabo el ataque y ayudar al destinatario del ataque a informar el incidente).
Ejemplos de capacitación en contradiscurso:
- Currículo de capacitación Gendersec de Tactical Tech sobre "Hackear el discurso de odio": plan de estudios del taller de capacitación sobre cómo configurar una red de apoyo en línea, crear contenido de contradiscurso textual y visual e implementar una campaña de contradiscurso.
- Manual de campo sobre el acoso en línea de PEN América: guía de capacitación para periodistas y escritores sobre cómo responder al acoso y abuso en línea, incluida la creación de una comunidad de partidarios y el desarrollo de mensajes de contradiscurso; incluye orientación para los empleadores sobre cómo apoyar al personal que sufre acoso en línea, incluso a través del contradiscurso.
Comunidades en línea de partidarios y ejemplos de programas de contradiscurso:
- Proyecto HeartMob de Hollaback!: plataforma en línea con una red de partidarios lista para responder a los informes de los usuarios sobre acoso en línea y brindar un contradiscurso positivo (entre otros servicios de apoyo).
- TrollBusters: red de partidarios siempre listos para responder a las denuncias de acoso en línea de mujeres periodistas con un contradiscurso positivo; incluye monitorear las cuentas de redes sociales de las víctimas para detectar ataques continuos y enviar mensajes de respuesta continuos (entre otros servicios de apoyo).
Las entidades de financiamiento y los responsables de la implementación deben considerar brindar apoyo para ampliar intervenciones como las mencionadas anteriormente con el fin de construir comunidades de partidarios y diseñar y desplegar campañas efectivas de contradiscurso, incluido el apoyo a la integración de estas intervenciones de la sociedad civil en plataformas tecnológicas.
Fortalecer los factores de protección y desarrollar la resiliencia de personas y comunidades.
Debido a que la desinformación con sesgo de género nace de la desigualdad de género y las normas discriminatorias, disuadir su creación, diseminación y amplificación en el entorno de la información digital requerirá que los donantes y los implementadores piensen más allá del alcance percibido de los programas contra la desinformación. Como se señaló anteriormente, los programas para fortalecer los factores de protección y desarrollar la resiliencia de las personas, las comunidades y las sociedades contra la desinformación con sesgo de género pueden no parecer programas que los donantes y los responsables de la implementación normalmente consideren como intervenciones contra la desinformación. Estos programas no deben limitarse a intervenciones para desarrollar la resiliencia de mujeres, niñas y personas con diversas orientaciones sexuales e identidades de género (aunque este es un tipo importante de respuesta), sino que también deben incluir intervenciones basadas en transformar la percepción de género que tengan como objetivo fortalecer la resiliencia y la protección de comunidades y sociedades enteras contra la perpetración y el consumo de desinformación con sesgo de género.
Los programas para fortalecer los factores de protección de las personas, las comunidades y las sociedades contra la amenaza de la desinformación con sesgo de género (y la desinformación en general) incluyen intervenciones que abarcan los sectores del desarrollo, como los programas para:
- Promover la equidad y justicia de género.
- Transformar las normas de género discriminatorias y patriarcales.
- Fortalecer la cohesión social.
- Aumentar la participación e inclusión democráticas.
- Mejorar el acceso equitativo a una educación de calidad.
- Aumentar la estabilidad económica y mejorar las oportunidades económicas.
- Fomentar la alfabetización mediática e informacional.
- Fortalecer el pensamiento crítico, las habilidades analíticas y de investigación.
- Proporcionar apoyo social y oportunidades de fortalecimiento de la confianza.
Algunos de los que trabajan en la intersección de la tecnología, la desinformación y el género advertirán que un enfoque en intervenciones como la alfabetización mediática e informacional, las habilidades de pensamiento crítico y el fomento de la confianza coloca de manera inapropiada la responsabilidad de resistir la desinformación y sus efectos en las personas afectadas negativamente por ella, en lugar de en el sector de la tecnología y los responsables de la formulación de políticas para identificar e instituir soluciones efectivas. La responsabilidad de responder y prevenir la desinformación con sesgo de género no debe recaer sobre las espaldas de los sujetos de los ataques digitales de género, ni sobre aquellos a quienes se dirige o manipula como consumidores de contenido falso o problemático. Sin embargo, para erradicar el problema de la desinformación, los esfuerzos contra la desinformación con sesgo de género deben incluir pensar de manera integral el desarrollo de resiliencia ante la desinformación y diseñar programas para fortalecer la resiliencia no solo de los individuos, sino también de comunidades y sociedades enteras. Por ejemplo, los planes de estudio de alfabetización mediática e informacional a nivel regional o nacional no asignan a los estudiantes la responsabilidad de aprender a resistir la desinformación con sesgo de género, sino que trabajan para proteger a comunidades enteras contra los desafíos de la integridad de la información.
Los donantes e implementadores deben trabajar para integrar los programas contra la desinformación con sesgo de género en todos los sectores de desarrollo, incorporando estas intervenciones en programas centrados en el cambio social y de comportamiento a largo plazo para desarrollar la resiliencia de las personas, las comunidades y las sociedades a fin de resistir el problema en evolución de la desinformación.
7Consulte https://www.osce.org/files/f/documents/c/3/220411.pdf; https://www.iwmf.org/wp-content/uploads/2018/09/Attacks-and-Harassment.pdf; https://cpj.org/2019/09/canada-usa-female-journalist-safety-online-harassment-survey/; https://onlineharassmentfieldmanual.pen.org/best-practices-for-employers/
8Consulte https://dangerousspeech.org/wp-content/uploads/2019/11/Counterspeech-lit-review_complete-11.20.19-2.pdf; https://onlineharassmentfieldmanual.pen.org/establishing-supportive-cyber-communities/; https://onlineharassmentfieldmanual.pen.org/guidelines-for-safely-practicing-counterspeech/; https://onlineharassmentfieldmanual.pen.org/best-practices-for-allies-and-witnesses/; https://cyber.harvard.edu/story/2019-08/combating-hate-speech-through-counterspeech; http://www.nameitchangeit.org/page/-/Name-It-Change-It-Campaign-Simulation-Research.pdf; https://www.she-persisted.org/s/191106-SHEPERSISTED_Final.pdf; entre otros.