Enfoques actuales para contrarrestar la desinformación con sesgo de género y abordar las dimensiones de la desinformación en cuestiones de género
El campo de los programas contra la desinformación con sesgo de género aún está emergiendo, y los programas que se centran explícitamente en este problema y sus impactos son poco frecuentes. Actualmente, desde los sectores de la democracia hasta los sectores de género y tecnología, existe una conciencia y comprensión limitadas, aunque cada vez mayores, de las formas variadas y matizadas en las que la desinformación y los programas de género pueden entrecruzarse. Para ilustrar la variedad de formas en que se puede aplicar una perspectiva de género a los programas contra la desinformación, en las secciones temáticas de esta guía se integran los ejemplos programáticos que incluyen elementos de género. Para complementar estos ejemplos, esta sección aplica lo que funciona en áreas de programas relacionadas para delinear formas en las que el género puede integrarse aún más en los programas contra la desinformación. Por ejemplo, las prácticas prometedoras para los programas de lucha contra la desinformación con sesgo de género se pueden extraer de las buenas prácticas en los programas de desarrollo o de ayuda humanitaria centrados en la violencia de género y la equidad de género.
Violencia centrada en ataques directos de género en línea
Los programas existentes para contrarrestar la desinformación con sesgo de género se centran principalmente en prevenir, identificar y responder a ataques directos dirigidos a mujeres o personas con diversas orientaciones sexuales e identidades de género como sujetos de desinformación por género. Estos programas a menudo se centran estrictamente en las mujeres políticas y periodistas como destinatarias de estos ataques. Este tipo de programas incluye una variedad de respuestas, como la denuncia y eliminación de las plataformas, la verificación de datos o eliminación de mitos, la capacitación en seguridad y protección digital y el desarrollo de habilidades, o la alfabetización mediática e informacional para mujeres, niñas y comunidades LGBTI. De manera similar, el cuerpo de investigación existente identificado como enfocado en la desinformación con sesgo de género se centra en gran medida en el diagnóstico de estos ataques directos, las motivaciones de sus perpetradores y los daños de tales ataques. Si bien estas son áreas críticas para continuar financiando los programas y la investigación, estas intervenciones son necesarias pero no suficientes. Los donantes y los responsables de la implementación también deben perseguir programas que aborden otras dimensiones de género y desinformación.
Para informar mejor el diseño y la implementación de intervenciones efectivas y sostenibles para contrarrestar la desinformación con sesgo de género, así como para mitigar sus impactos de manera más amplia, los investigadores también deben ampliar su enfoque para investigar temas como:
- Las diferentes formas en que mujeres, niñas, hombres, niños y personas con diversas orientaciones sexuales e identidades de género se relacionan con el ecosistema de información digital.
- Los factores de riesgo de y los factores de protección contra la perpetración o ser destinatario de desinformación con sesgo de género.
- Mujeres como perpetradoras o cómplices de desinformación, incitación al odio y otras formas de campañas dañinas en línea
Los programas informativos en este espacio podrían incluir un mapeo del panorama digital, evaluaciones de género y tecnológicas para identificar brechas en el acceso y habilidades, discusiones de grupos focales, participación comunitaria e investigación de la opinión pública. Este tipo de programas permitirán a los profesionales comprender mejor las diversas formas en que estos diferentes grupos interactúan con el espacio de información digital, pueden ser vulnerables a ser objeto de desinformación o susceptibles a perpetrar desinformación, y se ven afectados por los impactos de la desinformación.
Más reactivo que proactivo, más específico que sistemático
Como se señaló en otras secciones de la guía, una forma de caracterizar a los programas contra la desinformación es considerar los enfoques como proactivos o reactivos.
Los programas proactivos son intervenciones que buscan prevenir la creación y propagación de desinformación con sesgo de género antes de que ingrese al espacio de la información digital. También podría incluir los esfuerzos para fortalecer la resiliencia de aquellos que probablemente sean destinatarios de desinformación o aquellos susceptibles de convertirse en perpetradores de desinformación con sesgo de género. Esto puede incluir una amplia gama de intervenciones, como alfabetización mediática e informacional, fomento de la confianza y la resiliencia, programas de igualdad de género, programas de participación civil y política, y programas de educación, desarrollo de la fuerza laboral y medios de vida.
Los programas reactivos pueden incluir intervenciones que busquen responder a la desinformación con sesgo de género después de que ya se haya publicado, como denunciar contenido a plataformas o autoridades policiales para su eliminación o investigación o la verificación de datos y los mensajes de respuesta para contrarrestar contenido falso o problemático.
Algunos programas contra la desinformación con sesgo de género pueden ser tanto reactivos como proactivos, ya que son intervenciones que responden a la creación y propagación de casos discretos de desinformación con sesgo de género y tienen como objetivo disuadir a los posibles responsables de dicha desinformación. Los ejemplos incluyen políticas y enfoques a nivel de plataforma o industria para la identificación, el etiquetado o la eliminación de contenido, legislación para criminalizar el discurso de odio, la violencia de género en línea y otro contenido dañino o problemático, o la regulación de las respuestas de la plataforma a la desinformación con sesgo de género.
Los enfoques reactivos tienden a ser más específicos e inmediatos o de corto plazo por naturaleza, debido a que intentan acabar con las campañas de desinformación o los ataques discretos a medida que surgen. Algunos enfoques proactivos también son de naturaleza específica, como los programas con sesiones de capacitación únicas, clases, juegos móviles u otros conjuntos de herramientas para la seguridad digital o la alfabetización mediática e informacional. Sin embargo, muchos enfoques proactivos (y algunas respuestas que son tanto reactivas como proactivas) son más sistemáticos o de largo plazo, con el objetivo de transformar las normas de género, aumentar la participación democrática, crear cambios sociales y de comportamiento a largo plazo, crear espacios más seguros para mujeres, niñas y personas con diversas orientaciones sexuales e identidades de género en línea, y desarrollar la resiliencia de las personas, comunidades y sociedades para resistir el peso de los ataques y las campañas de desinformación.
Gran parte de los programas existentes para contrarrestar la desinformación con sesgo de género son reactivos y específicos para dar respuesta y abordar sus impactos después de que ya se haya introducido en el entorno digital. Las intervenciones reactivas, como el etiquetado o la eliminación de contenido y la verificación de datos, la eliminación de mitos o la corrección del registro en respuesta a ataques directos, generalmente son insuficientes para revertir los daños causados por la desinformación con sesgo de género, desde el daño a la reputación y la autocensura hasta el retiro de los espacios públicos y digitales y sembrar semillas de desconfianza y discordia.
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Sin embargo, como señalan los académicos y profesionales de este campo, gran parte del daño ya está hecho cuando se despliegan las respuestas a la desinformación de género6.
Como es el caso con la mayoría de los programas relacionados con el género, si bien existen usos importantes para programas reactivos y proactivos para contrarrestar la desinformación con sesgo de género, a fin de garantizar que los programas de prevención y respuesta a la desinformación sean efectivos y sostenibles, es imperativo que los donantes y las comunidades de responsables de la implementación piensen en programas de lucha contra la desinformación con sesgo de género proactivos, no solo reactivos. Sin embargo, un desafío importante es que los programas basados en transformar la percepción del género y los programas diseñados para fortalecer los factores de protección contra la desinformación generalmente se pueden medir en cambios generacionales, en lugar de los períodos de dos a cinco años que requerirían la mayoría de las fuentes de financiamiento de donantes. Adaptar este enfoque holístico requeriría que los donantes consideren repensar la estructura típica de sus mecanismos de financiamiento y los requisitos de presentación de informes.
6Como sediscutió durante el taller cerrado del Taller de investigación sobre desinformación del Centro para la Democracia y la Tecnología: Comprender los impactos en términos de raza y género, 25 de septiembre de 2020.